Un viaje a la tierra de Al Zarqawi, a diez años de su muerte

Reportaje publicado en Infobae.

El 7 de junio de 2006, un ataque aéreo estadounidense terminó con la vida de uno de los principales líderes de Al Qaeda. Infobae recorrió Zarqa, la ciudad en la que se crió y donde todavía la gente teme mencionar su nombre.

Basta con citar su nombre en un contexto erróneo para terminar examinado por los servicios de inteligencia jordanos. En la ciudad de Zarqa, mencionar hoy la palabra ‘Zarqawi’ en voz alta es motivo de extrema tensión. Ahmed Fadhil al-Khalayleh -que más tarde cogió el sobrenombre de Abu Musab Al Zarqawi- se crió en unos callejones donde el aumento demográfico y urbanístico ha sido constante en los últimos años. A diferencia de sus vecinos, Zarqawi abandonó toda su vida anterior para entregarse por completo a su interpretación de la yihad.

Acompañados en todo momento por un taxista y un joven local, visitamos tres puntos que marcaron su infancia: la escuela secundaria donde estudió, la mezquita que frecuentaba y el cementerio donde solía pasar largas horas jugando de pequeño. Antes no había espacios de ocio para los más pequeños, así, la infancia de Zarqawi transcurrió literalmente entre muertos.

Una vista de la ciudad de Zarqa, en Jordania, donde nació y se crió Al Zarqawi.
En los barrios donde vivió Al-Zarqawi, la gente todavía teme mencionar su nombre.

De origen palestino-jordano, la adolescencia de quien se convertiría en líder de Al Qaeda en Irak estuvo marcada por episodios de vandalismo. Después de abandonar la escuela secundaria, fue encarcelado por posesión de drogas y alcohol y acoso sexual, problemáticas que siguen perpetuándose entre los jóvenes de su barrio.

ANTES NO HABÍA ESPACIOS DE OCIO PARA LOS MÁS PEQUEÑOS, ASÍ, LA INFANCIA DE ZARQAWI TRANSCURRIÓ LITERALMENTE ENTRE MUERTOS

Una vida marcada por la violencia

Zarqawi, que murió sin haber cumplido los 40 años, ha pasado a la historia por ser responsable de numerosos ataques en Irak contra chiíes y cristianos, organizar los atentados de 2005 contra hoteles en Ammán, Jordania, que acabaron con la vida de más de 60 personas, además de las explosiones de Madrid del 11 de marzo de 2004. Asimismo, Zarqawi es considerado el impulsor de Estado Islámico ya desde la década de los años noventa, entrenando a futuros yihadistas en Herat, al oeste de Afganistán. Pocos meses antes de ser liquidado por las fuerzas estadounidenses, Zarqawi decapitó al contratista americano Nicholas Berg en Irak, iniciando así una práctica mediática que años después sería seguida al detalle por los actuales miembros de Estado Islámico.

La escuela donde estudió Al Zarqawi, hasta que fue apresado por tráfico de droga y acoso sexual.

ZARQAWI FUE EL RESPONSABLE DE NUMEROSOS ATENTADOS. POCOS MESES ANTES DE SER LIQUIDADO POR FUERZAS ESTADOUNIDENSES DECAPITÓ AL CONTRATISTA NICHOLAS BERG

Quienes le conocieron resumen en cuatro los episodios que hicieron de Zarqawi un líder en el terrorismo global. En primer lugar, el viaje a Afganistán con 23 años al igual que otros cientos de jóvenes que se oponían a la invasión soviética del país. Tras abatir al enemigo extranjero, Zarqawi retorna a Jordania con el objetivo de debilitar a la monarquía jordana y establecer un Estado islámico, por lo que es enviado a prisión en 1993. Estos años entre rejas marcaron especialmente su personalidad y, tras una amnistía general por la llegada al trono de Abdallah II en 1999, Zarqawi se desplaza de nuevo a Afganistán con el objetivo de establecer campos de entrenamiento para la lucha por la yihad.

El cementerio de Zarqa, donde Al Zarqawi jugaba de chico.

Barrios pobres y sin expectativas de futuro

A diferencia de otros líderes yihadistas, las barriadas de Ramzi y Ma’sum que han visto nacer y crecer al cabecilla de Al Qaeda en Irak, están marcadas por la pobreza y falta de expectativas de futuro. Pese a provenir de la tribu beduina Beni Hasan, una de las más importantes de la región, los recursos económicos de su familia fueron escasos.

Al adentrarnos en el corazón de los barrios, algunos vecinos nos advierten de los episodios de vandalismo juvenil que se viven a menudo, especialmente cuando cae la noche. Durante el día prácticamente no se ve un alma. Más allá de la figura de Zarqawi, tratamos de indagar en los problemas que achacan a esta sociedad para tener una idea de cómo es posible llegar a cambiar estas calles por escenarios bélicos que se nutren de la violencia diaria.

“Donde hay pobres puedes encontrar todos los problemas”, asegura uno de los vecinos del barrio. Mohammed, padre de familia que vive en una barriada paralela a la de Zarqawi, apunta a la juventud y a la influencia que un joven puede ejercer sobre otro como causante de muchos de los problemas sociales en Zarqa. “La falta de entendimiento entre personas es un problema corriente aquí. Un joven se mira mal con otro y se empiezan a enfadar. Alertan a los amigos y hacen de ello un gran asunto. O si un joven está estudiando una carrera y fracasa, se gira a caminos alternativos. Su entorno lo influencia”. Además, considera que “la falta de trabajo, la inflación y los problemas dentro de la familia” conducen a muchos jóvenes a la crispación social.

El taxista que nos guía por los barrios donde se crió Zarqawi expone otro caso ilustrativo de este vandalismo. “Me encontré con unos niños golpeando con palos de madera a los coches y nadie los quería parar”. El taxista lamenta el vacío de autoridad que se produce en ocasiones, cuando ni tan solo la policía se atreve o interesa para intervenir en paliar el problema.

Desde hace una década, un gran parque en Ramzi, el barrio natal de Zarqawi, sirve a las familias para pasar su tiempo libre. Un vecino explica que “el rey Abdallah ha puesto más esfuerzos en los últimos años en este área”. Aun así el espacio ha tenido que cerrar por las noches y sólo deja entrar a familias, debido a que algunos jóvenes lo utilizaban para beber alcohol o romper las farolas.

Al Zarqawi, uno de los hombres más buscados del planeta, finalmente fue muerto en un bombardeo norteamericano en Irak el 7 de Junio de 2006.